Isabela

La delicadeza no se aprende. Con esa cualidad marcadamente femenina se nace y yo nací con ella. Me llamo Isabela y soy delicada como una brisa suave que llegara de ese océano que me separa de mi Brasil natal. Pero, al igual que ese océano, también puedo ser apasionada y revoltosa, juguetona y fiera. Ese contraste entre mi delicadeza y dulzura habitual y la pasión que habita en lo más profundo de mi ser me convierten en una chica muy especial y atractiva. Que a ello ayuda también mi belleza natural es algo que no puedo poner en duda. Esa combinación, dicen, es una pócima embriagadora que encanta a los hombres. Que vengan a mí atraídos por esa pócima me encanta. Y es que son tan adorables cuando se despojan de disfraces y armaduras y se muestran como son...

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